Mis emociones vuelan a través de mis silencios,
y al caer la noche, mis estrellas se engalanan
festejando tu presencia en medio de ellas,
iluminando como soles que aclaran las sombras de la noche,
y todas juntas bailan al sonar de tu voz,
voz que se vuelve canto,
voz que me arrulla como un cálido manto…
Veme aquí, amor de mis amores. El único, el más grande de todos. Veme aquí entregándome completa, plena y dulcemente a tus ojos, a tus manos, a tu amor. Veme aquí tan enamorada de ti, queriendo entregar cuantos besos puedan darte mis labios, queriendo aferrarme en el más largo de los abrazos.
Digna eres, merecedor de todo el amor que pueda llegar a sentir y entregar una mujer. Digna de ser amada con pureza, digna de ser soñada con tanto anhelo, digna para entregarme completa a tus besos. Veo en tus ojos luces de esperanza, veo caminos que recorreremos tomados de las manos, veo dos mundos unidos y fundidos en uno sólo, tanto veo, tanto sueño, ¡tanto amo! Mi amor, mi amada, me entrego a ti…
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